No sé muy bien cómo sucede, pero la realidad es que así son mis semanas: días largos, muy largos. Y casi sin darme estamos en un pie en el verano. Por todo esto hay ocasiones en las cuales la rutina y el estrés se apoderan de nuestras vidas y la mejor solución es darle un descanso a nuestro ánimo, escapándonos durante un fin de semana hacia algún lugares mágico y desconocido.
Oporto, la segunda ciudad más grande de Portugal, es el lugar perfecto para renovar energías mientras a cada paso se descubren maravillas arquitectónicas, gastronómicas y culturales. Dos días en Oporto quizás no sean suficientes para visitar todo lo que este lugar esconde, pero es un buen comienzo para descubrir nuevos horizontes.