Empecé a viajar con mis hijas cuando eran bebés. La gente me decía: «¡Pero no se enterarán, ni recordarán de nada!» y siempre pensaba en todas las razones que había detrás de aquella decisión.
En primer lugar, no vivimos el presente sólo para recuerdos futuros, y si algo era cierto es que ellas disfrutaban «explorando» nuevos entornos; en segundo lugar, tuve que viajar por temas de mi trabajo y no quería separarme de ellas; y, en tercer lugar, y el más importante, los viajes les permitirían crecer sabiendo que hay otros lugares donde las personas viven, actúan y hablan de manera diferente. A medida que han ido crecieron, los hemos llevado a muchos lugares, y este verano por primera vez volaremos a otro continente, visitaremos Caribe con las niñas y estamos emocionados.