Patty, además de ser lectora del blog, resultó ser amiga de mi cuñada Ana tras coincidir en Amsterdam, donde residieron durante unos años. Y fue precisamente allí donde conoció a su marido, trabajaban en la misma empresa y fue literalmente un flechazo. Y así, en su primer verano juntos, cuando apenas llevaban 10 meses se prometieron en una escapada a Fuerteventura. Patty siempre había pensado de Edu que era valiente y de ideas claras, pero demostró estar locamente decidido y enamorado y ella no podía estarlo más.

Su vestido fue realizado por Beba’s Closet. Patty buscaba unas hombreras de paillettes y en su atelier le ofrecieron millones de posibilidades, además de momentos inolvidables en cada prueba. Lo acompañó de una mantilla antigua de su abuela paterna, una maravilla de más de 80 años de antigüedad, además de unos pendientes de su abuela materna. Llevó el anillo de pedida, un solitario de Durán, junto con otro anillo de diamantes que le regaló su madre, que ella había recibido a su vez también justo antes de casarse. Todo ello con unas peinas de Suma Cruz, zapatos realizados a medida de Resán y ramo de flores de Sally Hambleton.

Lo primero que tuvieron claro es que realizaría el reportaje fotográfico su amiga Alicia Nacenta. Después contactaron con Eva Iglesias, de Bodas Colorín, quien como wedding planner supo perfectamente como orientarlo todo. Se casaron en la Parroquia de San Andrés, en Becerril de la Sierra y lo celebraron en la Finca Valquijancho, con catering del grupo Araceli, en San Agustín de Guadalix.