Nerea y Francisco se conocieron durante su etapa común en la universidad. Después de un tiempo volvieron a reencontrarse de forma casual en Madrid, y pasados unos años Javier le pidió matrimonio en París. Ella dijo sí.

Nerea decidió realizar todos los preparativos de su gran día en el Parador de la Granja. Optó por un romántico vestido, acompañado con corona y ramo. Como zapatos se decantó por los míticos rockstud de Valentino. Como joyas, llevaba su anillo de pedida y unos pendientes de diamantes, ambos de Joyería Suárez. Para el maquillaje confió en Irene Makeup, quien optó por usar tonos ahumados bronce y nude.

Francisco, muy elegante con smoking de Scalpers, gemelos Louis Vuitton, zapatos Prada y pajarita de Yves Saint-Laurent. Llevaba, además, en su muñeca su reloj de pedida, una pieza de Rolex.

La llegada de la novia a la iglesia románica de Sotosalbos en vehículo Seat 600, no podía ser más ideal. Acompañada de su pequeño cortejo, vestidos en tonos beige con coronas y ramitos de paniculata.
Tras la ceremonia religiosa se trasladaron a la finca: de estilo romántico y campero, con una decoración floral realizada por Koldo Esparza. Bako08, con una calidad y servicio excelente, fue quien sirvió el catering. Contaron con sorpresas divertidas como la cabina BlablaBOX, donde los invitados podía realizar grabaciones en vídeo; un photocall; una zona chill out, donde se intaló una decoración de aires árabes.

Todo el precioso reportaje fotográfico fue realizado por Instantánea & Tomaprimera.

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