Si hay una historia que comience al principio de los tiempos esa es la de Sergio y Marta. Se conocen desde los doce años, los amigos del colegio de Marta eran sus amigos del fútbol y empezaron a salir todos juntos, enseguida le pidió ser su “novia” (todo lo novios que se puede ser con 12 años!). Pero el tiempo seguían pasando y ellos seguían juntos, creciendo juntos.

La mañana del 24 de Diciembre Sergio le propuso ir a dar un paseo por un bosque cercano, un lugar con mucho significado para ellos, y allí, en un precioso puente de madera le hizo la gran pregunta, la respuesta de Marta os la podéis imaginar… A partir de ese momento comenzaron los preparativos, pero por suerte Marta contaba con su madre y sus amigas más íntimas, y por supuesto con Sergio, que no se perdió ni un solo detalle.

El vestido fue realizado en el atelier de Valenzuela Majadahonda. El tocado que llevaba es una creación de Gloria Lumbierres. Como joyas llevaba su anillo de pedida, un encargo personalizado a Gloria Lumbierres, y como pendientes, las perlas que había llevado su madrina Elena en su propia boda. Del peinado y maquillaje se encargó Mayte Lucas.

El chaquet del novio en azul marino era de Sr. Chaqué, lo combinó con corbata de Loewe, camisa blanca de Brooks Brothers con gemelos y el reloj Tag Heuer, regalo de pedida. Los niños del cortejo vestían de Teresa y Leticia en azul y crudo.

Se casaron en la iglesia de San Bernabé, en el Escorial. De la decoración floral, así como de su ramo de novia, fue obra de su tía Ana Valera. La iglesia estaba decorada con arbolitos de boj, hortensias blancas y azules en el altar y unos pequeños cubitos con hortensias rosas que recorrían el pasillo. La celebración tuvo lugar en la Finca Prados Moros, en Guadarrama, con catering servido por Leal Maese. Las fotos fueron realizadas por el estudio fotográfico de Elena Bau, con quien quedaron más que contentos por su maravilloso trato personal y por su profesionalidad.