María me escribió hace unos días hablándome de su boda, celebrada en una finca privada a pocos kilómetros de Valladolid, un paraíso familiar que había construido el padre de su marido Álvaro, que precisamente ahora están acondicionando para comenzar a organizar eventos en ella. Se casaron el pasado verano en la iglesia del monasterio de San Benito de Valladolid. Después lo celebraron en El Lago de Maito, que es así como se llama la finca familiar.

Cuando Álvaro le pidió que se casaran, vivían en Barcelona pero estaban a punto de mudarse a Alemania. Por ello decidieron que necesitarían ayuda para organizar todo y contrataron a A-típica, lo que fue una idea genial y les sirvió de muchísima ayuda, sobre todo cuando un mes antes de la boda se mudaron a México por trabajo!.

El vestido de María fue realizado por una modista amiga de la familia, que también hizo el vestido de su madre. Tenía claro como quería su vestido: algo simple y cómodo pero con el que se viese guapa. Como joyas llevaba su anillo de pedida, unos pendientes que sus suegros le regalaron por el compromiso, y una pulsera de su tía que montó a modo de diadema. La mantilla que llevaba, ese algo prestado, era una pieza espectacular del principios del siglo XX. Fue peinada y maquillada en Aua.

Álvaro llevaba chaquet a medida de Knack Men, en Madrid. No le apetecía un chaquet tradicional, así que decidió hacérselo azul marino. Los niños del cortejo vestían  de Teresa y Leticia.

El catering fue servido por El Mentidero de la Villa. Durante el cóctel pusieron una barra de sushi, bodegón de quesos, cortador de jamón y barra de mojitos. En cuanto a la decoración, en la carpa se colocaron faroles, dando un toque muy rústico y bonito. Los meseros fueron nombres de canciones que les gustan o les recordaban buenos momentos.

El reportaje fotográfico fue realizado por un buen amigo de la familia de Álvaro, Nacho Gallego.

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