
Antonio y Macarena llevaban diez años de novios, cuando decidieron casarse. Querían hacer una boda familiar en la que no faltase nadie de su círculo cercano. A Macarena le encantó la Ermita de Aravaca por su sencillez. El sitio de la celebración elegido fue El Cortijo de Mónico, optaron por un menú tipo buffet en el jardín. Para el photocall adornaron todo con pompones de colores de The Pom Pom Shop.
Para su vestido, se decantó por el atelier de Carmen Halffter. El trato de Carmen y de Juan Pablo fue un verdadero lujo, y supieron plasmar al instante las ideas de Macarena. Además, llevaba un velo amantillado de Basaldúa, que su hermana había usado el día de su boda. Después de la ceremonia, lo sustituyó por un broche de Verde Pimienta, con hortensias verdes y trigo.
Como zapatos llevó unos salones en color nude de Zara. Como pendientes decidió llevar unos discretos brillantes, prestados por una de sus mejores amigas. De su ramo de novia, formado por rosas pitiminí, se encargó Gloria Vergara, de Mar de Flores. Hizo tres ramitos pequeños para entregar antes de baile a sus amigos.
En cuanto al maquillaje y peinado, decidió que fuese Mónica Roldán la encargada. Optó por una trenza y un maquillaje sencillo con mejillas marcadas y ojos más discretos.
De la fotografía se encargaron Enrique y Livia de Liven Photography. En palabras de la novia: «Un equipo inmejorable. Cercanos, cariñosos, pendientes de todos los detalles…. «.
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Lorena
agosto 6, 2014Es una boda de ensueño; el vestido es maravilloso, los zapatos son exquisitos y el peinado es precioso!
Me encanta!!
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