Creo que me enamoré de Blanca y su boda nada más ver la primera imagen de Molina y Royo. Ella no puede ser más ideal, y después de comentarle mi interés en compartir su reportaje fotográfico, ha accedido a mostrar todos los detalles de su preciosa boda.

Blanca me cuenta que el éxito de su gran día se lo debe principalmente a la ayuda de todos los que les rodeaban. A sus padres y a su tía Marita, que le ayudaron con todos los preparativos. Su cuñada Casilda, quien diseñó su vestido; Joaco, su marido, quien la ayudó muchísimo; Jesús Fuertes, de La Galería, quien decoró todo y Miguel Ángel, con su maravilloso catering.

El vestido de Blanca fue realizado por su cuñada, Casilda Cavero. Con ella todo fueron facilidades y las pruebas, a las que acudían su madre y su tía Marita desde Sevilla, eran en su casa en Madrid, de lo más familiar y cercano.
Las joyas que llevaba eran de su familia, y aunque Blanca confiesa no es muy supersticiosa siguió la tradición del algo nuevo (el vestido), algo prestado (los pendientes unas dormilonas de su tía Marita), algo antiguo (la tiara), y algo azul, el espectacular zafiro de su anillo de pedida.

Su prima Candela fue su damita. Su vestido era de Pol Núñez, hecho con encajes antiguos, una auténtica monada. Y llevaba zapatos de flamenca forrados de tela beige. Las flores fueron obra de Jesús Fuertes, de La Galería; además de un gran amigo de la familia, un auténtico profesional. Y a Jesús hay que sumarle las ideas de su tía Marita, que es pintora y tiene un gusto increíble, y también las de su propia madre. La iglesia estaba llena de centros de paniculata e hiedra y el jardín donde realizaron el aperitivo y las mesas del salón, con centros-candelabros espectaculares de rosas, hortensias y claveles, todo ello en tonos rosas.

Fue peinada por David, del equipo de Luis Ramos, quien consiguió justo lo que Blanca buscaba. Del maquillaje se encargó Laura, de Bobbi Brown. A Blanca de siempre le ha encantado la marca y la naturalidad de sus maquillajes y ella consiguió realizar un trabajo maravilloso.

La celebración posterior fue en la Hacienda Majaloba, a 7 km de Sevilla. El aperitivo lo realizaron en el jardín y la comida fue en el salón donde está ubicada la colección de carruajes antiguos y las copas en el patio. El dj fue Borja, de Hey Mickey!, quien consiguió que la pista de baile estuviese hasta arriba toda la noche. El precioso reportaje fotográfico fue realizado por Molina + Royo.

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