Aurora y Jorge se conocieron en una fiesta a través de unos amigos comunes. A los pocos meses de aquel encuentro, Aurora se iba a vivir a Londres, pero eso no les desanimó y Jorge continuaba viéndola todos los meses hasta que consiguió que volviese a España y le pedió que se casara con él en un viaje a Tailandia.

Se casaron en la parroquia de Santa Bárbara porque Aurora desde pequeña se imaginaba subiendo por esas escaleras el día de su boda y justo hacía 50 años que los abuelos de ella se habían casado en ese mismo lugar.

Su vestido era de Isabel Nuñez, llevaba tocado de Le Touquet y zapatos de Hannibal Laguna. Como joyas llevaba pendientes vintage de diamantes negros de su abuela y un anillo antiguo, el que fuera el anillo de pedida de su madre, fallecida y que Aurora quiso llevar en recuerdo a ella.

El ramo estaba compuesto de peonías blancas en miniatura y frutos negros a juego con el tocado de la novia, y se fue entregado a su madrina.

Jorge vestía chaquet a medida de Sastrería Juan Moreno, zapatos de Berwick, corbata de Carolina Herrera y reloj de Frédérique Constant para Joyería Yagüe, regalo de Aurora en la pedida de mano.

La celebración posterior tuvo lugar en la Finca La Camarga. De la decoración floral y los ramos que se entregaron a las amigas de Aurora se encargó Carmen, de Mystic Garden. Para la decoración buscaron una mezcla de estilo romántico y vintage que se centró en la temática de colibrís, desde las invitaciones de boda, seating plan y meseros elaborados por Invitarte, hasta incluso los gemelos de Jorge que llevaban este motivo.

Después de estar buscando durante un mes distintos fotógrafos para su boda, conocieron al equipo de Instantánea & Tomaprimera y se dieron cuenta que eran los idóneos porque sabían que captarían a la perfección la esencia de su boda. Y así fue efectivamente, y el resultado es este precioso reportaje fotográfico.