A medida que veo una pequeña luz al final de este letargo, anhelo experiencias que mejoren la salud, inmersiones reparadoras en la naturaleza, planes activos al aire libre y escapadas seguras para pasar tiempo de calidad con mis seres más cercanos y queridos (esos a los que ahora echo tanto de menos).
Cuando podamos viajar de nuevo, aunque está claro que nunca volveremos a la versión anterior de «normal», confío en que saldremos de esto de manera más consciente, concienzuda y sensible a la salud de las personas y el planeta. Sí, la industria de viajes se ha recuperado de crisis antes, pero nunca el mundo entero se ha visto obligado a detenerse por completo de esta manera.
En realidad nací en Asturias, donde sus montañas son emblemáticas, pero este año ha sido la primera vez que he empezado a disfrutar en este ambiente. Si recuerdas mis publicaciones de stories, disfrutamos de un fin de semana en familia en Andorra, descubriendo Caldea por primera vez. Pasamos uno de los mejores momentos, relajándonos y creando vínculos allí.
