
La historia de Bea y Jose comenzó hace mucho tiempo. Tenían quince años cuando se conocieron y salían con sus amigos del cole… Fueron novios varios años y después la vida les llevó por caminos separados.
Él se fue a vivir a Londres, y ella estuvo trabajando en Canadá… nunca perdieron el contacto. Un máster llevó unos días a Londres a Bea hace cuatro años y ya no se separaron. Estuvieron viviendo entre aviones y aeropuertos hasta que en el mismo puente de Londres, le sorprendió con un precioso anillo entre las manos.
Decidieron casarse en una ceremonia civil en Fuerteventura buscando calor y sol, con dos de sus mejores amigas como testigos. Y lo celebraron después en Madrid, en la Finca El Tomillar. A los dos les encantó desde el primer momento y su catering les pareció increible. Allí celebraron una ceremonia oficiada por el hermano de José.
El vestido de Bea le resultó muy sencillo de elegir, en Jesús Peiro encontró exactamente lo que quería. Sencillo, elegante, pero sobre todo muy muy cómodo. Su gran capricho fue una preciosa corona de Suma Cruz que le diseñaron para ese gran día. Los pendientes, de su suegra, y su anillo de pedida fueron las joyas que llevaba.
José eligió un chaquet azul de La Trajería. El resto de los testigos también fueron vestidos allí.
La decoración de la finca y su ramo de novia fueron obra de Alquimia Verde. Precisamente, su maravillosa fotógrafa Lorena de PhotoUp fue quien se la recomendó. Lorena y su equipo fueron increíbles, disfrutaron en todo momento con su reportaje fotográfico y con Jaime de Estudio MJ, amigo de una gran amiga suya.
Practicó durante meses con su padre a bailar el swing y fue genial abrir juntos el primer baile que remantaron José y ella con la canción «I’ve got you under my skin» de Frank Sinatra, su favorita, porque así es como dicen que se han llevado siempre, bajo la piel.