¿Quién no querría darse el «sí, quiero» en un jardín encantado?. Puestos a imaginar, pienso en una novia, pieza clave en el diseño de su propia boda, incorporando la pasión de la pareja por la jardinería a través de diversas especies cultivadas en casa que servían tanto como adornos para la mesa como para sus invitados, bajo árboles centenarios.
Ella eligió cada flor en su ramo, pensando en que cada una de ellas tenía un sentido especial. Acentos de madera y gloriosos verdes combinan con flores y toques de color.
En la mesa de bienvenida, palets de madera hechas por el padre de la novia muestran recuerdos familiares y flores frescas del jardín. La señalética de mesa en pizarra combina con los detalles de madera rústica.
Una novia de aire romántico con detalles sutiles de trasparencias y delicados tejidos. Ella soñaba con llevar una joya única y especial, y su corona hecha a medida es esa pieza perfecta que hace su estilismo perfecto.
Él con aire más desenfadado, opta por combinar los cuadros en pajarita y chaleco. El resultado es una mezcla actual y joven. Y cuando entra la noche, ellos sacan su versión más rockera. Los dos han hecho realidad su sueño de vivir su amor en la naturaleza más perfecto: su jardín encantado.
+ Fotografía y Organización: M. Urrutia I Novio: Jon Larrauri I Novia: Mireia Cuadrado I Decoración y Diseño: Topak d Corazón Eventos I Vestido de novia: Yolanda Torres I I Sastrería: Derby Gardeazabal I Peluquería: BIKISS I Tocados: Arteazabal I Blazier: La Pazzarella +