El vestido de Beatriz era de Oh Que Luna!. Tenía muy claro lo que quería y María, diseñadora de Oh que Luna!, captó la idea desde el primer momento. La falda del vestido tenia mucho movimiento gracias a la capa superior en gasa de seda. La parte de arriba era ablusada, con escote en la espalda. Llevaba detalles realizados a mano, hojas en oro viejo en el cinturón y en el pelo. Los zapatos eran «mis adorados» Rockstud de Valentino en color beige. Como joyas llevaba unos pendientes de Suárez, regalo de sus suegros y su anillo de pedida, un solitario de Tiffany’s.

De la peluquería y maquillaje se encargó Edurne Senosiain. Optaron por una sencilla coleta y un maquillaje muy natural.
Su madre estaba espectacular vestida de The 2nd Skin Co. Y Nacho realmente elegante en su chaquet de Scalpers.

La ceremonia se celebró en el Monasterio Santa María la Real de Irache, y el almuerzo posterior en las bodegas Castillo de Monjardin, con vistas espectaculares y rodeados de viñedos y campos de trigo.
Beatriz quería organizar una boda llena de detalles, por eso contó con la ayuda de A-típica que se encargaron de que todo saliera perfecto.

Toda la decoración floral fue realizada por Floreale, que también se encargaron del ramo de novia de Beatriz y de las coronas de las niñas del cortejo.
El precioso reportaje fotográfico fue realizado por Instantánea&Tomaprimera. Su equipo les hizo sentir cómodos en todo momento y el resultado es así de bonito.

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