Ser madre ha puesto muchas cosas en perspectiva, especialmente cuando se trata de mi propio estilo personal. Hay ocasiones en las que dedico un vistazo de 30 segundos para pensar en que ponerme y estar lista en la puerta.
En estos días, hay muchas más partes implicadas al arreglarme cada mañana y es imposible poder disfrutar de una ducha relajada, por ejemplo. Y aunque tengo la suerte de tener a mis dos pequeñas incombustibles preparándose conmigo (alias Valentina y Camila) cada día, ¿quién dice que el estilo cómodo, que implica la maternidad, no puede seguir las tendencias (aunque no sea al máximo)?.